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¿Qué produce un trauma?

Como les conté en el post anterior, la salud mental puede verse afectada por presiones socioeconómicas. También por cambios sociales rápidos, factores de la personalidad y psicológicos, según indica la Organización Mundial de la Salud (OMS). Cada una de estas experiencias incide de forma particular en cada individuo.

Es importante anotar esto: Lo que para una persona puede significar un evento traumatizante, para otra no lo es.

Entonces, ¿qué convierte a una experiencia en un hecho traumático?

David Emerson es el director de los servicios de yoga en Trauma Center en Massachusetts, Estados Unidos. David señala en uno de sus libros titulado Overcoming Trauma through Yoga: Reclaiming Your Body (que por cierto ME ENCANTA y es uno de mi libros inspiradores) que:

“Una experiencia se vuelve traumática cuando la reacción de lucha o huida o la respuesta de estrés es abortada”.

Ejem... ¿Estrés? Antes que reacciones a la palabra, te cuento algo...

La respuesta de estrés es completamente normal en el ser humano.

Es una respuesta fisiológica ante la percepción de daño, ataque o amenaza a la supervivencia. Está liderada por el sistema nervioso simpático y nos prepara para luchar o escapar.

Algunos de los efectos de la activación de esta respuesta en el cuerpo incluyen:

  • Aumento de la acción cardíaca y pulmonar.

  • Palidez o enrojecimiento.

  • Inhibición de la acción estomacal e intestinal.

  • Constricción de los vasos sanguíneos en varias partes del cuerpo.

  • Liberación de las fuentes de energía metabólica (particularmente grasa y glucógeno) para la acción muscular.

  • Dilatación de los vasos sanguíneos en los músculos.

  • Inhibición de la glándula lagrimal y de la salivación.

  • Dilatación de la pupila.

  • Temblores.

Todo lo anterior prepara el cuerpo para una emergencia. Ahora, el meollo del asunto es este: ¿qué sucede cuando esa activación se hace permanente en el cuerpo, se estimula sin peligro real o jamás se apaga? Comienzas a sentir "el estrés" del que todos hablamos... Pasa lo que dice David: la reacción adecuada se anula y el sistema entra en crisis. Para decirlo en criollo, el sistema funciona mal.

Cuando una situación se vuelve traumática para un individuo, hay una disfunción en el manejo de esa respuesta en el organismo. El mecanismo, que era para ayudarte, ya no funciona como debía porque es sistema se ha saturado, cansado, debilitado, alterado.

Y, pasa algo más. Ante ese "peligro" la persona realiza que no hay absolutamente nada que pueda hacer ante lo inevitable. Su sistema está vulnerable, agotado por la dimensión de la situación o por sus múltiples repeticiones. Entonces, el sistema pasa a activarse de manera inapropiada ante los estímulos menores. Hay inhabilidad para volver a sentirse seguro y relajado. La persona siente que siempre está en peligro.

Y nos puede pasar a todos... (Me ha pasado)

Lo positivo...

A través de estudios y sesiones controladas, los investigadores del Trauma Center han comprobado la práctica de posturas de yoga, uso de técnicas de respiración adecuadas y sesiones de meditación ayuda a sus pacientes a trabajar sus situaciones de trauma, como complemento a una atención psicológica. Esto lo han aplicado, por ejemplo, con sobrevivientes de traumas como violaciones, abandonos o ex militares.

¡Oh sí! Dixi.

© Sonia Short, 2016.

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